El batey está abierto en Chicago.
El frío de la ciudad contrasta con el calor de la cultura puertorriqueña que puede sentirse en la piel al escuchar desde lejos el sonido de los tambores.
Al salir de una feria de artesanías en el National Museum of Puerto Rican Arts & Culture y caminar hasta Lolita’s Bodega, el sonido de los tambores hacían que el destino y la misión fueran evidentes: allí, en medio de una de las ciudades más concurridas y pobladas de Estados Unidos, había una clase de bomba.
Ivelisse “Bombera de Corazón” Díaz protagonizó el evento con su voz que con la cercanía se hacía más intensa. La pasión por enseñar y resistir es contagiosa, como el ritmo del tambor.
Nacida y criada en Humboldt Park, el barrio boricua en Chicago, el corazón de Díaz está en Calimano en Guayama, su punto de origen y sentimiento. Con la bendición de una familia amante de la música y seguidora de la bomba, Díaz se insertó desde pequeña en el ritmo que, literalmente, la mueve a todas partes (de Chicago y el mundo), representando su identidad.
“Mi familia siempre fue muy musical y heredé ese amor por plantar nuestra bandera con la bomba desde la diáspora con respeto y amor por nuestra cultura”, contó emocionada Díaz a Mundos Paralelos.
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Su amor por la bomba la llevó a establecer La Escuelita Bombera de Corazón en 2009 para enseñar a bailar, tocar y cantar bomba en Humboldt Park. De la misma manera, se ha posicionado como un referente para hablar sobre la historia y tradición de la bomba en Puerto Rico en charlas, talleres y clases en escuelas y universidades en diferentes países.
Desde su óptica como maestra y estudiante, es testigo de la evolución de las comunidades puertorriqueñas en Estados Unidos. “Esto no es simplemente un curso, es un movimiento, activismo y resistencia”, comentó.
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Díaz ha llevado la bomba a diferentes escenarios como California, New York, Puerto Rico, Cuba, Mexico y Ghana. Estas visitas internacionales no solo se circunscriben a la enseñanza del género, también al canto y toque de los instrumentos. Un ejemplo muy claro es que Díaz cofundó y canta en Bomba con Buya, una agrupación que se dedica a preservar la cultura afrodescendiente de Puerto Rico a través de la música en la “Ciudad de los Vientos”.
“Tengo una pompiaera con mi cultura que nunca se me ha quitado. La bomba nos da ese espacio boricua en la diáspora. Somos una cultura bella y con este movimiento creamos espacios con los que la gente boricua en Chicago se identifique para desarrollarnos y crecer respetando lo nuestro”, dijo Díaz.
La Escuelita, que ahora también ofrece cursos virtuales, es también un espacio de intercambio cultural y generacional que se suma a la lucha de mantener el legado vivo en las comunidades puertorriqueñas en Estados Unidos.
“La bomba es la herramienta para seguir en resistencia, comunicarnos y defendernos. Es un trabajo agradable; es revolucionario”, mencionó Díaz.