Si hay seguridad de algo en esta vida, como parte de la comunidad latina, es que al menos una vez, si se visita Nueva York, hay que coincidir con la gran María Antonia “Toñita” Cay. Ya sea por la popularidad del Caribbean Social Club como bastión cultural boricua en Brooklyn, la visita de figuras reconocidas a este espacio o la mención al “shot de cañita en casa de Tonita” de la canción “Nueva Yol” de Bad Bunny, visitar este lugar es conectar con la cultura.
Por más de medio siglo, este espacio ha sido el hogar para miles y miles de miembros de la comunidad latina que buscan un pedacito de su país en “La Gran Manzana”. Precisamente, con ese norte, nace el Toñita Fest, como evento para conmemorar cada año del lugar, tradición que inició en 2024 con su 50 aniversario.
Desde temprano se empezaron a evidenciar preparativos con el montaje de carpas, la gran tarima, las mesas de dominó y los equipos técnicos. La música fue la señal para iniciar el bembé que dio paso a artistas como Daso y el Grupo Cemí, Anónima Orchestra y Adrián Franchise. Igualmente participaron Rafael Clemente, Marckciano y DJ Torres y su Combo, entre otros.
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Un gran trofeo de color oro adornaba la mesa principal que marcaba la zona del legendario torneo de dominó, que se celebra desde los inicios del club, donde un grupo de personas uniformadas jugaba y se divertía. Cada mesa conmemoraba alguna figura o tradición puertorriqueña. Mesas con la imagen de Roberto Clemente o el nombre de Toñita se destacaban con llamativos diseños y colores. Entre carpas de patrocinadores y comerciantes, se destacaba el “cierre de la calle” con música variada, desde salsa y reggaetón hasta cumbia y rock en español. ¡Este fue el mejor “spot” para bailar!
Entre rumba y celebración, llegó el momento más esperado. La agrupación artística Mambako marcó la entrada de Toñita, dueña y fundadora del Caribbean Social Club, al evento. La algarabía ocupó el momento. Todas las miradas y las cámaras de los celulares apuntaban a atestiguar o documentar la llegada de “La Reina” a su gran fiesta. Acompañada de seres queridos y amistades, sonreía, agradecía y saludaba a quienes interactuaban con ella, justo antes de ubicarse en su trono rodeado de flores. “Gracias, gracias”, decía mientras ponía su mano en el pecho, aplaudía o simplemente bailaba al son de tambores.
Toñita nos reconfirmó lo que siempre nos dice cuando la visitamos: “Me gusta que la gente se sienta en casa”.