Pepón Osorio cuenta las historias de la comunidad con su arte

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Una conversación entre un padre y un hijo se proyecta en las paredes de dos espacios en un museo: una celda y un cuarto de un adolescente.

La celda tiene retratos, un par de tenis y la vestimenta “de una persona encarcelada”. El cuarto del adolescente está lleno de elementos diversos y entre ellos se destacan: cartas de béisbol, fotos, pósters, bolas de baloncesto y bastantes zapatos.

“Badge of Honor” forma parte de las exhibiciones presentadas en el Museo de Arte Moderno (MoMA, por sus siglas en inglés) en Nueva York. (Foto Lillian Agosto)

Desde el Museo de Arte Moderno (MoMA, por sus siglas en inglés) en Nueva York, la experiencia de visitar una obra de Pepón Osorio se convierte en un portal a una comunidad que necesita ser vista y escuchada. La experiencia es, como diría Osorio, “una pregunta” que encuentra la respuesta en conversaciones y arte.

Badge of Honor” ofrece una mirada a un vecindario de clase trabajadora, en Newark, Nueva Jersey y el interés de Osorio por saber por qué para muchos jóvenes allí, tener un padre en la cárcel se consideraba una insignia o medalla de honor.

Mi proceso es empezar con una pregunta que me hago a mí mismo”, explicó Osorio a Mundos Paralelos.

Esa pregunta, según el artista, se contesta adentrándose en comunidades, en su mayoría de boricuas, y conversando con la gente.

“Le llamo ‘El Bautismo’ a cuando me empiezan a ver en la comunidad. Empiezo a entender la pregunta que tengo y cómo se contesta con las conversaciones que tengo”, añadió.

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El proceso, que puede tomarle hasta dos años, le permite también identificar el espacio en el que estaría desarrollando su instalación, por lo regular “storefronts” en la comunidad. “Yo no soy artista de trabajar exclusivamente en mi estudio enajenado o alejado de lo que está pasando en la comunidad o en los vecindarios donde yo trabajo. Yo soy artista de estar en el vecindario y de ahí me nutro para llegar al estudio a hacer algo”.

De esas conversaciones con la comunidad, también se nutre visualmente a través de la observación. Los detalles de las casas del vecindario, sus estructuras y hasta qué tienen en ellas son parte del proceso. La acumulación de objetos es una de las características principales de sus instalaciones definido como el “barroco criollo”. 

“La acumulación de elementos en mi obra viene de mi niñez, y la de muchos otros que vivimos en Puerto Rico. Es la televisión, la radio, la familia, el ruido que viene de afuera… todo eso está mezclado a la misma vez. Es una cacofonía, es una lluvia de medios activándose a la misma vez. Cuando ves el trabajo mío, trato de recrear eso mismo: el sonido, lo visual, la ambientación familiar, la estructura de la casa, la cultura. Es bregar con muchos elementos”, explicó Osorio.

Para el artista, la acumulación de elementos “viene por el miedo que culturalmente le tenemos al vacío. También es la acumulación de elementos en nuestros hogares. Todo eso converge en las instalaciones”. 

La acumulación de objetos es una de las características principales de la obra de Pepón Osorio. (Foto Lillian Agosto)

Esa experiencia que se da al visitar las instalaciones en los “storefronts” no necesariamente es la misma que se da en otros espacios porque contextualizan la pieza en un espacio museológico. 

“Presento las obras dentro de ese contexto y la gente que viene a verlas, entiende por qué están en la comunidad y se ven representados en esa obra”, dijo. Por su parte, en los museos, sus obras “rompen, mueven y sacuden”.

Ver y sentir un espacio siempre ha sido relevante para el también profesor en la Tyler School of Art and Architecture basada en Temple University, en Philadelphia. El artista llegó a “la República del Sur del Bronx” en 1975 y empezó a evaluar todas las tradiciones, costumbres, formas de ser y la cultura. 

“Encontré que había puertorriqueños que no habían visto el Mar Caribe. Me encontré con un montón de puertorriqueños que estaban recontextualizando lo que era ser puertorriqueño. Ahí aprendí. Me dí cuenta de que había una importancia dentro de esa cultura y es que respondía a una mezcla con los Estados Unidos. Me llamó la atención la configuración de la casa, los espacios y cómo se ve uno”.

“Angel: The Shoe Shiner” es una instalación que está presente en el Whitney Museum of American Art de Nueva York. (Foto Lillian Agosto)

“Convalecencia” es lo próximo

El autodeclarado admirador de Francisco Oller, prepara una nueva instalación basada en la salud. Entre sus planes con esta pieza, como siempre, basada en historias reales, se destaca el conversar a través del arte del proceso de estar en un hospital y todas las complejidades que conlleva.

Así también, explicó que, al igual que en sus piezas, presentará una alineación física, espiritual y mental.

“Ya estoy en el proceso de entrevistar a enfermeros y enfermeras, pacientes, personas que están cuidando a otras. Así que dentro de dos o tres años, podremos ver el resultado”, contó.

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