Isha M. Renta llegó a Washington, D.C. en 2004 con el gran sueño de estudiar meteorología. Sin embargo, tras mudarse a D.C., la vida también le sorprendió con ser la creadora de Semilla Cultural, un espacio que respeta y aprecia las tradiciones puertorriqueñas.
“La ciencia me trajo a D.C., pero la bomba me reconectó con Puerto Rico”, dijo Renta, fundadora de la iniciativa.
Tras reconectar con la bomba a través de un evento al que fue invitada por su roomate en 2007, Isha comenzó a interesarse mucho más por el origen del movimiento musical desde una perspectiva histórica y social.
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Años después, la pasión de Isha estaba en Semilla Cultural. Establecida en 2014, esta organización sin fines de lucro se encarga de desarrollar y cultivar una comunidad que represente y respete la bomba en D.C., Maryland y Virginia.
Su amor por la bomba llegó a hacer que la extrañara al mudarse a Fredericksburg, Virginia y estableciera un enlace “con más boricuas que tienen que estar pasando lo mismo”. La ponceña estableció en Semilla Cultural una serie de talleres para niños y adultos que incluyen percusión, historia y baile.

Lo que empezó en el sótano de su casa se convirtió en una experiencia cultural masiva para reconectar con Puerto Rico. De unos cinco o seis participantes, su matrícula se extendió a unas 25 a 30 personas interesadas por aprender y disfrutar la bomba boricua. Como agrupación, se han destacado en participaciones en lugares como The John F. Kennedy Center for the Performing Arts, Library of Congress y National Museum of American History.
“Las oportunidades las tomo porque, si son espacios en donde puedo traer la cultura puertorriqueña, ¿por qué no?”
Con un mayor enfoque en talleres y presentaciones, Semilla Cultural responde a curiosidades genuinas de boricuas que quieren mantener un vínculo directo con Puerto Rico y también exponer a sus familias a las tradiciones. “Siempre me ha interesado que los talleres fueran para padres y madres con niños y niñas porque quiero que ellos aprendan sobre la cultura. Me pongo en su lugar con mi familia. ¿Cómo expongo a mis hijos a las cosas de Puerto Rico?”
“La bomba puertorriqueña es redescubrirse”
La experiencia de Isha con la bomba ha sido aprendida desde su reconexión en Washington, D.C. hace algunos años. Por esta razón, ahora cada vez que viaja a la Isla, la visita incluye tomar clases de bomba para crecer y perfeccionar sus técnicas de baile y enseñanza. “Siempre busco qué más puedo seguir aprendiendo para seguir trayendo a mi grupo. Me siento con esa responsabilidad y tengo un peso grande que estoy llevando a la comunidad puertorriqueña”, explicó.

“La respuesta boricua ha sido impresionante. ‘Gracias por llevarnos un cantito de Puerto Rico’, me dicen. Me dejan saber que sintieron que estuvieron en Puerto Rico por ese poco tiempo que estuvimos con ellos. Esas son las cosas que me llenan y nos hacen a todo el equipo sentirnos incluidos y que pertenecemos a la comunidad. Esa es una meta en nuestra organización, que sientan que tienen su espacio cultural aquí. Si los espacios no existen, los creamos”, puntualizó Renta.